Disfruta el momento.

Y dices: un día malo lo tiene cualquiera.
Pero la verdad es que a ti te parece el peor, más que  a nadie, es un día malo, pero es TÚ día malo y solo de pensar en todo tan negativamente se te viene el mundo encima. Y entonces ya no existe método alguno que te arranque ese pensamiento, que te deja por los suelos. Cinco minutos de felicidad ¿no son suficientes? yo los suelo aprovechar al máximo, creeme, todos hemos tenido días malos y peores. Y es que a mi con cinco minutos me basta, cinco minutos por verte, cinco minutos de sonrisas, cinco minutos de miradas, de charla, entretenimiento, solo cinco minutos y el día ya no es tan malo, solo de pensar que estás tú ahí, conmigo.

Y ahora dirás: un día malo lo tiene cualquiera, pero cualquiera no estaría contigo.