¿A que sí?

Rendirse está en uno mismo, dicen. Que eso corre de nuestra cuenta. Que depende de nosotros. Que si nos lo creemos perdemos la batalla contra la vida. Y es que rendirse suena tan feo, suena tan a derrota...
La vida no nos lo pone fácil, ¿verdad? pero qué más da mientras sigamos adelante. Qué más da si de siete veces que te caigas te vas a levantar nueve, (y no lo digo porque no sepa contar).
¡Qué demonios! no hemos venido aquí a renunciar a nada, hemos venido a luchar con uñas y dientes para demostrarle a todo el mundo lo que podemos hacer. Por que (en lo más hondo) todos tenemos fuerzas suficientes para demostrar lo que valemos, ¿a que sí?
               

De despedidas ni hablemos.

        Que no me gusta decir adiós, que por eso yo digo hasta luego, porque, cariño,  yo siempre confío en verte de nuevo. Tú, mi centro de gravedad, mi salida, mi manera de escapar, quiero que sepas que no me van los principios cortos, porque todo lo que empieza acaba (y a mi no me da la gana) .Yo quiero un siempre principio. Que te mire a los ojos y sea como la primera vez, que me beses y recuerde una tras otra aquella noche de abril, que despierte con la sensación de no conocerte: verte y enamorarme, un día tras otro, así siempre será principio. Siempre será siempre, y siempre significa infinito. Que no me gusta no verte pero contra la distancia, no puedo. 

        Escucha, siempre me gustó aquello de ''y fueron felices y comieron perdices''  (pero el caso es que no me gustan los finales). No quiero que la historia acabe, así que continuaremos el cuento.
Odio las despedidas, pero he tenido que aprender a afrontarlas, a saber escribir cada adiós junto a un te quiero y mantenerme viva. Porque cada despedida lleva detrás un silencio. Porque todos los 'adíós' van repletos de 'hasta luego'. Porque nada es para siempre, ni siquiera las despedidas. Por eso ahora he aprendido que la mejor parte de las despedidas son los reencuentros. 

Que como yo a veces sueño, nadie ha soñado contigo.

'Pequeña de las dudas infinitas', trata de organizar tu vida. Pequeña soñadora de imposibles, corre y vive tus sueños, no permitas que nadie los entierre ni los pise. Pequeña, tienes que saber que la vida no es fácil, que el destino es caprichoso y el mundo un pañuelo, pero que tienes que luchar por tus imposibles. Me encanta llamarlos 'imposibles' porque son todo lo posibles que tú quieras que sean, tu vida es todo lo grande que tu desees, pequeña soñadora, disfruta de tus sueños aunque sea desde la ventana de tu cuarto. Recuerda: nadie  puede arrebatarte tu libertad cuando está en  tu mente. Nadie puede quitarte los sueños si solo los cumples en tu imaginación. 

Pequeña dudosa, no dejes que tus dudas te inunden, no dejes que la realidad te aplaste, no dejes que la vida te destruya hasta el punto de que una fresa ya no te endulce el paladar, sino que te lo amargue. Cariño, vive todo lo necesario, el tiempo corre, la vida es corta pero es tuya y la tienes entera para disfrutar de un pequeño pedazo de todo lo inmenso que es el mundo. Pequeña de los grandes imposibles, no dejes que esta  palabra te asuste pues los importante no es la palabra si no lo que significa. Piensa que el infinito es solo una meta, no un límite. 

Cariño, vive como si no hubiese mañana, viaja, ve al cine, escucha música, canta en la ducha o fuera de ella, y enlata todos tus recuerdos en fotografías. Pequeña, quiérete un poco más y cuéntale al mundo que no eres ni una más ni una menos, que eres tú y vas a sobrepasar la línea del horizonte y la del cielo. Porque tus sueños pueden ser tan grandes e imposibles que solo tú puedes ser capaz de realizarlos. 

Dicen que a través de las palabras el dolor se hace más tangible, que podemos mirarlo como a una criatura oscura; tanto o más ajena a nosotros, cuanto más cerca la sentimos. 

Búscame y encuéntrame.

Búscame cuando te apetezca, cuando notes que me hechas de menos, cuando te mueras de ganas de tenerme, cuando no tengas a nadie que te diga que te quiere, cuando eches en falta las risas, las caricias que erizan la piel, las conversaciones sin rumbo, los abrazos y las locuras. Búscame cuando necesites a alguien que te sorprenda, cuando te des cuenta de que nadie tiene mis detalles, cuando necesites que te digan lo especial que eres, lo bonita que es tu sonrisa o tus ojos o tu boca y lo guapo que  te pones cuando te concentras. Búscame cuando necesites un ataque de cosquillas, cuando mires el móvil esperando una llamada, cuando salgas y sin darte cuenta me busques con la mirada entre la gente, cuando inesperadamente alguien te toque la espalda y que al girarte esperes que sea yo. Búscame.

Playback.

Muchas veces es difícil pararse a pensar en todo lo que nos rodea, en aquello que sobrepasa nuestros ojos, lo que no vemos, lo que se siente. Lo que verdaderamente construye nuestra felicidad, los sentimientos. Algo tan cotidiano que muchas veces le quitamos el sentido que tiene. Hoy en día se trafica con los 'te quiero', se dan por hecho cosas no tan claras. La vida no es tan fácil, ni los sentimientos tan complicados, es cuestión de tener un poco más claro lo que queremos, lo que deseamos, lo que sentimos y pensamos. Los abrazos verdaderos, los besos sinceros y que las palabras no dañen. Que las mentiras, créeme, duelen más que la verdad. Yo vivo a mi manera, sin cambiar las maneras de los demás, sin molestar, viviendo un poco a lo loco pero con sinceridad en mis 'te quiero' y más verdades que mentiras. Construyo mi felicidad a base de sueños cumplidos porque los persigo sin descanso, porque mi meta es infinita. Y estoy acostumbrada a que me llamen loca, pero lo bonito de mi forma de ver la vida es que la felicidad está a cada paso que doy, alrededor de mí y conmigo. Mi vida está llena de retos e imperfecciones pero esa es la base de toda mi felicidad.

Pequeña soñadora de grandes sueños.

Suena difícil darle forma a los sueños cuando están en tu mente, cuando los puedes hacer tan grandes como quieras, tan locos y complicados,tan desmesuradamente imposibles. Piensas, piensas que nada de lo que sueñas está a tu alcance porque se escapa a tu vista la meta que te as puesto. Y te planteas ponerla más cerca, y abandonas tus sueños locos y tus ilusiones. Eso te empequeñece. Te da una dosis de realidad que preferirías no experimentar.Pero a la vez hace preguntarte que quién eres tú para quitarte sueños, para robarte ilusiones a base de realidad. No, ni tú ni nadie puede quitarte esas aspiraciones. Allí a donde quieras ir, llegarás. Piensas. Reflexionas. La vida no está echa para contar cada segundo, pero sí para medir cada paso. Sueñas en  grande y te sientes tan pequeña, tan insignificante. Para crear un sueño a mi  medida necesito creerme grande, soñar a lo grande. Saber que aún siendo pequeña puedo conseguir lo que me proponga. Y entonces seré enorme.